Trabajo siempre que puedo con las manos, me gusta que queden huellas, alguna señal de mis manos.
Casi siempre hago las cocciones en Rakú, pero también me gustan los esmaltes de altas temperaturas, con cenizas. De nuevo la materia de desecho vuelve a incorporarse a la nueva siguiendo un ciclo previsto desde siempre.​

Los esmaltes, los óxidos, el color siempre me preocupan más que las formas.
En las macetas para orquideas, utilizo pasta refractaria para las formas orgánicas,  terracota, que siempre lustro para darle un aspecto de madera pulida, para las formas orientales.